¿Cómo debe conservarse el aceite de oliva?

El aceite de oliva virgen extra es zumo de olivas al que no se le han añadido ni conservantes ni colorantes. Al ser un producto vivo, éste se debe almacenar de forma adecuada para no degradarse y perder sus propiedades originales.

Por un lado, se recomienda mantener el aceite alejado de la luz solar y de la humedad. En cuanto a los olores, se debe guardar lejos de lugares con olor intenso, ya que absorbe con mucha facilidad olores extraños. Para guardar el aceite, los mejores envases son los de vidrio, latón impermeabilizado o acero inoxidable.

Además, la temperatura óptima de conservación se sitúa en torno a los 20°C, siendo el calor excesivo más dañino que el frío intenso. En este último caso, el aceite puede solidificarse debido a su alto contenido en ácido oleico. Estas partículas blancas que aparecen no son más que grasa vegetal, que volverán a fundirse tal y como la temperatura ambiental aumente, sin modificar sus propiedades y sabor.

Asimismo, hay que procurar cerrarlo herméticamente, ya que el contacto con el oxígeno acelera su caducidad y descomposición. Si se cumplen estas condiciones, cualquier virgen extra empezará a perder propiedades a partir del año, aunque este límite temporal también depende de otros factores como la variedad de oliva con la que esté elaborado, por ejemplo la variedad Farga es mucho más estable y tarda bastante más tiempo en perder propiedades que otras variedades como la Picual o la Arbequina. También influye el tipo de aceite de oliva, teniendo un límite superior el Virgen Extra que el Virgen.

Ejemplo de etiqueta con las recomendaciones de conservación.